Crianza
El término Crianza Respetuosa es la
adaptación al español del término inglés “attachment parenting” el cual fue
propuesto por el pediatra William Sears.
El pilar fundamental de la crianza
respetuosa es la empatía por los niños,
la verdadera empatía por sus necesidades y
también el conocimiento de lo que
realmente necesitan los bebés humanos para su desarrollo emocional. El niño
necesita del adulto o referente principal para que le restituya el equilibrio cada vez
que entra en estrés (hambre, sed, miedo, pena, angustia, ansiedades, dolores,
enfermedades). Pararnos desde la crianza respetuosa implica qué como adultos seamos sensibles, capaces de
sintonizar rápido con las necesidades de nuestros hijos, respondiendo
adecuadamente al estrés del niño. Mientras más concernientes sean las
respuestas, el cerebro del niño estará menos expuesto a la hormona del cortisol
(estrés) y crecerá con sensaciones más plenas por ende placenteras. Si un niño
llora poco los primeros años de vida, guardará más sensaciones de placer que de displacer, lo
que le hará una persona más calmada, segura y confiada. Ese hijo con apego
seguro será una persona que difícilmente se sentirá cómoda con el maltrato y
los abusos.
Muchos de los conceptos que promueve la
crianza con apego pueden parecer raros, obsoletos, pero lo verdaderamente
importante es el bienestar de nuestros
hijos, hay situaciones que la crianza con apego o respetuosa considera
básicas pero como ya sabemos, cada familia es un mundo y cada bebé es un ser
individual con sus gustos, apegos, emociones, etc.
La crianza con apego tiene algunos
elementos que han sido estudiados por etnopediatras, pediatras, psiquiatras,
antropólogos, psicólogos y otros profesionales y tomados como acertados en la
crianza de los niños e incluso muchos de estos lo han manifestado como
necesarios. Estos son algunos de los pilares que propone esta crianza
respetuosa:
-
Dormir con los hijos, promueve el
colecho o la cohabitación.
-
Necesidad de contacto físico permanente con los bebés, crianza en brazos o
periodo de exterogestación.
- La
lactancia materna a demanda, exclusiva hasta los 6 meses de edad.
-
Atender diligentemente los llamados del bebé o niño.
- La
no violencia con los niños, verbal y física
Me interesa aclarar que la crianza
respetuosa no es el cumplimiento a rajatabla de estos items, bueno, el último
se debería cumplirse siempre, el punto es que cada familia adapta a su hogar
todo aquello que simplifique y armonice con su estilo de vida, dándole siempre
prioridad al bienestar del bebé y al instinto materno y paterno. El pensamiento
principal detrás de estos tópicos es siempre el respeto y el amor al niño en
cada una de sus etapas; por eso hablamos de empatía: ponernos en lugar del bebé
y proporcionarle así un crecimiento
armonioso.
Pero para dar ese paso es necesario que
nos despojemos un poco y paulatinamente de todas las imposiciones culturales
con las cuales convivimos a diario en occidente.
Es muy posible que te suene familiar
alguna de las siguientes frases:
-
¿Tan grande y todavía toma pecho?
- Ya
va siendo hora de que lo destetes …
- ¿Y
cuándo lo vas a sacar de tu pieza?
- Si
no lo ponen a dormir en su habitación se malacostumbra y después no lo sacan
con nada!
- No
lo cargues que se acostumbra a estar en brazos!
- A
este le encanta es estar cargado!
- Es
mejor una palmadita a tiempo…
-
¡Los niños son muy manipuladores!
-
Hay que enseñarles a ser independientes
-
¿Todavía no va al jardín? Les hace mucho bien, ¿eh?
- Al
principio se quedan llorando pero es normal …
-
¿No está muy grande para ir cargado?
- ¿Y
cuándo le vas a quitar los pañales? Ya es verano es un tiempo ideal para
hacerlo…
Estos comentarios que muchos hemos oído
y capaz también dicho… nos son expresados a diario a los padres que dejamos que
nuestros hijos duerman en nuestra habitación, los cargamos mucho, jamás les
pegamos y les permitimos seguir al pecho cuando están “mayorcitos” y acudimos
inmediatamente cada vez que nos reclaman…
Hay que ser conscientes que todas esas creencias o pautas de crianza son
elaboraciones culturales que van surgiendo con el tiempo casi sin que lo
advirtamos ¡y nos invaden! Están por todas partes y lo común es que jamás nos
tomamos el tiempo de sentarnos a pensar un poco si tienen algún sentido, si son
ciertas, si contradicen nuestro instinto y lo más importante si coinciden con
la naturaleza del bebé-niño humano.
Meredith Small en su libro “Nuestros hijos y nosotros”, nos cuenta
cómo la etnopediatría ha demostrado que occidentalizamos nuestros cánones de
crianza. El noventa por ciento de los bebés de todo el mundo duermen con sus
papis por ejemplo ¡y crecen tan saludables e independientes!
De acuerdo con lo que he aprendido con
mi propio hijo, ni el colecho, ni la lactancia prolongada, ni llevar al bebé
cargado, tienen consecuencias negativas de ningún tipo en el desarrollo de
nuestros hijos, por el contrario les ayuda a sentar unas bases sólidas de
autoestima y esa dependencia de los primeros años hacia nosotros los ayuda a
avanzar con seguridad hacia una autonomía saludable y completa. Pero hay que saber
también que estas prácticas NO garantizan el apego seguro, pero sí lo promueven,
lo fomentan; simplemente porque se permanece más tiempo junto al hijo, lo que
sirve para sintonizar mejor con sus necesidades y responder rápidamente y
adecuadamente a estas. Pero para poder sintonizar y dar respuestas adecuadas a
nuestros hijos implica la toma de
conciencia de nuestra propia historia de vida y de crianza recibida.
Lic.
en Psicología Alexandra Rovetta Pelletti
http://www.psicologiaintegraluruguay.blogspot.com/